Francisco Kovacs
Entrevista

“El riesgo más importante de sufrir dolor de espalda es el mal estado de la musculatura”

El Dr. Francisco Kovacs es el investigador español con mayor producción científica en torno al dolor de espalda y cuello. Terminó sus estudios de Medicina con solo diecinueve años y se doctoró summa cum laude a los veintidós. En la actualidad, desde la Unidad de Espalda del Hospital HLA Universitario Moncloa de Madrid dirige la Red Española de Investigadores en Dolencias de la Espalda (REIDE). Atiende la llamada de ‘Compartir’ vía WhatsApp desde el otro lado del Atlántico.

¿Por qué nos duele la espalda?
En 1 de cada 100 pacientes, el dolor se debe a una enfermedad sistémica, es decir, se manifiesta en la espalda pero su origen es otro. Ejemplo de ello son algunos tipos de infección, cáncer, aneurismas y dolores referidos de origen ginecológico o digestivo. Por otro lado, en 4 de cada 100 casos el dolor se debe a una afección estructural, siendo las más frecuentes algunos casos concretos de hernia discal y la estenosis espinal. En el 95% restante se diagnostica un dolor de origen “inespecífico” originado por los tejidos blandos, como músculos, tendones y ligamentos.

¿Debemos preocuparnos si tenemos una hernia discal?
Existen hernias discales en muchas personas sanas que no suponen un problema para la espalda si no comprimen o irritan químicamente una raíz nerviosa. Cerca del 30 % de la población sana tiene hernias discales que no revisten importancia. 

¿Cómo se actúa ante las hernias problemáticas?
Solo el 4 % de las hernias discales que comprimen una raíz nerviosa terminan necesitando cirugía. Lo que determina la necesidad de operar es la evolución del dolor irradiado a la pierna, en el caso de las hernias lumbares, o al brazo, en el caso de las cervicales. Si el dolor irradiado es muy intenso y dura más de seis semanas merece la pena operar. La cirugía acorta mucho la duración del dolor irradiado, pero ni tiene efectos sobre el dolor de la espalda o el cuello ni resulta preventiva. En el 96 % restante de hernias que producen dolor irradiado o pérdida de fuerza, la inmensa mayoría se recupera igual con tratamiento conservador.

¿Qué ocurre si tenemos una estenosis espinal?
En esta afección, el canal por el que discurre la médula o los agujeros por los que las raíces nerviosas abandonan la médula se estrechan, algo que empieza a ocurrir en las personas de más de 60 años en el 60 % de la población. No obstante, la estenosis en sí misma no tiene importancia si no comprime la raíz nerviosa o la médula. Cuando sí lo hace, es una enfermedad y, cuando es progresiva o limitante y resiste al tratamiento conservador, la cirugía ha demostrado ser efectiva.

¿Por qué le duele la espalda al 95 % de los pacientes con dolor “inespecífico”?
Esencialmente porque la musculatura no funciona bien, lo que pone en marcha un mecanismo neurológico que puede explicar que el dolor, la inflamación o la contractura se perpetúen y se cronifiquen, aunque haya desaparecido la causa que los desencadenó inicialmente. Cuando el dolor se mantiene más de tres meses tiende a auto perpetuarse.

¿Por ello es tan fundamental un diagnóstico precoz?
Desde luego. La obsesión de los médicos es que no se nos escape ningún paciente con dolor de espalda debido a una enfermedad sistémica, pues aunque solo representan el 1 % de los pacientes, algunas de esas enfermedades son graves y diagnosticarlas a tiempo puede cambiar su vida o incluso salvársela.

¿Qué pasos sigue el médico para elaborar un diagnóstico?
El pilar del diagnóstico en las dolencias de la espalda es el interrogatorio clínico y la exploración física. Es un error y es mala práctica médica pedir una prueba diagnóstica complementaria, como una resonancia magnética o una radiografía, sin haber explorado físicamente al paciente. Solo merece la pena pedirla si, como resultado del interrogatorio clínico y de la exploración física, se derivan datos que sugieren que o bien el dolor se debe a una enfermedad que no es de la espalda o bien puede haber una compresión neurológica que pueda ser subsidiaria de cirugía. El hecho de prescribir una resonancia magnética cuando no está indicada clínicamente aumenta un 800 % el riesgo de que el paciente sea operado sin que haga falta. 

El pilar del diagnóstico en las dolencias de la espalda es el interrogatorio clínico y la exploración física. Es una error pedir una prueba médica complementaria sin haber explorado físicamente al paciente previamente ¿Qué casos de dolor de espalda requieren de una atención médica urgente?
El único caso urgente es el síndrome de la cola de caballo, en el que la parte final de la médula o bien es fuertemente comprimida o bien no recibe sangre suficiente. Este síndrome se da en 1 de cada 700.000 pacientes.

¿Qué factores demostrados incrementan el riesgo de sufrir dolor cervical, dorsal o lumbar?
El riesgo más importante es el mal estado de la musculatura. Luego encontramos las vibraciones que afectan a todo el cuerpo, como sucede en quienes manejan tractores o helicópteros, y los trabajos que implican manipulación frecuente de cargas importantes en flexo extensión, rotación o posturas extremas. 

En sentido inverso, ¿qué ha demostrado no aumentar el riesgo de dolor?
En contra de lo que los médicos hemos pensado durante mucho tiempo, tener un sobrepeso de unos 4 o 5 kg; el número de horas que pasamos sentados –que no el estilo de vida sedentario– y la higiene postural, cuyo efecto ha demostrado ser inexistente o nimio.

¿El futuro de la medicina de las dolencias de la espalda pasa por la individualización?
Se han hecho muchos estudios para determinar el pronóstico individualizado de cada paciente. La idea es que cada persona pueda introducir todas sus características personales y clínicas y las pruebas radiológicas y tratamientos recibidos en un programa que le permita indicar la probabilidad que tiene de mejorar y, en función del tratamiento que se le aplicara, saber cómo cambiaría esa probabilidad en su caso. De hecho, si accede a la web www.pronosticodolorlumbar.es ya podrá hacerlo.

¿La tecnología actual es un aliado de nuestra salud? 
Sin duda. La capacidad actual de computación y análisis que permite la medicina moderna es una maravilla. Utilizar los datos que cada día genera la asistencia sanitaria para afinar y perfeccionar el tratamiento y permitir individualizarlo en cada paciente es el camino por el que toda la medicina va a ir evolucionando. •